Actividades y planes para hacer en Valldemossa
Es uno de los pueblos más bonitos y con más encanto de Mallorca. Algunos lo comparan con una pequeña aldea de cuento, otros, con un pueblecito Navideño. Valldemossa es cuna de las maravillosas cocas de patata, el refugio de Chopin durante todo un invierno, y antigua residencia de familia real, allá por el siglo XIII.
Con una organización adecuada, más la información que desgranamos a continuación, es posible visitar los lugares más emblemáticos de Valldemossa, en un día. Y por supuesto, degustar una de sus famosas cocas.
La Real Cartuja de Valldemossa
Fue la residencia de la familia del Rey Sancho I de Mallorca, y se donó a los monjes cartujos en el año 1399. Durante más de 400 años fue la morada de estos religiosos, hasta que pasó a manos privadas y se convirtió en una casa señorial y hospedería.
Aquí pasaron temporadas personajes tan ilustres como Rubén Darío, Miguel de Unamuno, Santiago Rusiñol y, por supuesto, Fréderich Chopin y George Sand.
La visita incluye la iglesia, en la que se pueden observar los frescos de Manuel Bayeu, el cuñado de Goya, el claustro y la antigua farmacia de los cartujos, un lugar curioso y lleno de historia y tradición.
Un paseo por diferentes habitaciones de la antigua hospedería y por el museo municipal de Valldemossa completan el recorrido.
Museo Fréderich Chopin y George Sand
Durante el invierno de 1838 la celda número 4 de la Cartuja de Valldemossa hospedó al compositor y pianista Fréderich Chopin y a su compañera George Sand, célebre escritora de “Un invierno en Mallorca”, no exento de polémica por la lectura que realiza de los mallorquines y sus costumbres -si bien muchos autores defienden que Aurore Dupin se limitaba a recoger lo que había leído en otros manuscritos, y a aderezarlo en favor de las costumbres francesas de la época-.
Esta pequeña habitación se ha convertido en un museo y uno de los lugares de obligatorio paso por Valldemossa. Aquí hay recuerdos de ambos artistas, entre los cuales destaca un precioso piano original que Chopin se encargó de trasladar desde Paris.
Los jardines del rey Juan Carlos I
Saliendo de la Cartuja se llega a los jardines del rey Juan Carlos I, antiguo patio del claustro de la iglesia. Desde aquí se puede disfrutar de la vista del campanario de la Cartuja, además de un pequeño recorrido laberíntico, plagado de vegetación caprichosa y salvaje.
En muchos de sus recovecos aparecen bustos de personajes ilustres que en algún momento han visitado la localidad.
La casa natal de Santa Catalina Tomás
Sí. Valldemossa tiene también su propia Santa. En la calle de la Rectoría, una de las más bonitas del pueblo, concretamente en el número 5, nació Santa Catalina Tomás en 1531.
Catalina Tomás, conocida como la Beateta, era una monja muy querida y venerada por los vecinos de Valldemossa, y por toda Mallorca. En 1792 fue beatificada, y en 1930 empezó a ser venerada como Santa.
En su casa natal se conserva una pequeña capilla dedicada a su moradora, y en todo el pueblo hay casas con baldosas pintadas que rememoran momentos de la vida de Santa Catalina. Descubrirlas, en un tranquilo paseo, mientras se disfruta de la esponjosidad de una deliciosa coca de patatas es… doble placer.
Y si se coincide con las fiestas que el pueblo dedica a su patrona, a finales del mes de julio, mucho mejor.