
Cocina de Navidad
Mallorca tiene un sabor particular todo el año, pero en Navidad sin duda se intensifica. Se aprecian los matices, la tradición y las raíces.
Mallorca sabe a galets, a porcella y a turrón de almendra. Mallorca sabe a misa del gallo y a canelones de Sant Esteve.
La Navidad tiene la virtud de reunirnos alrededor de una mesa y el recetario tradicional, ése que pasa de generación en generación, es el hilo invisible capaz de unir el pasado y el presente.
Las mesas de nuestras abuelas siguen presentes a través de nuestras propias recetas que, por mucho que renovemos, siempre estarán impregnadas de su encanto.
En Mallorca la Navidad es sinónimo de plato de cuchara. Por eso, las sopas tienen un lugar privilegiado en el olimpo de nuestros manjares. La más famosa de todas es bullit de Nadal, característico de las zonas de interior y en las más rurales y, junto a la sopa de Navidad o sopa rellena, que se elabora con galets de pasta rellenos de carne picada o paté, hacen las delicias de todos los comensales.
Después de los platos de cuchara, cuando el estómago ya está aposentado y con ganas de más, llega la porcella rostida o los escaldums de pavo.
La guinda perfecta para el menú perfecto casi siempre viene directa de los almendros mallorquines, esos mismos almendros que en un par de meses darán a nuestros campos un aspecto de mar hibernal e impoluto gracias a su flor.
Turrones, almendras, polvorones y ensaimadas alargarán la sobremesa hasta que las palabras sean más potentes que el hambre.
Sin embargo, lo mejor de la Navidad, a pesar de las elaboraciones, las recetas, el dulce y el salado, sigue siendo la compañía. Y que así sea por muchos años.
Desde MON PORT os deseamos que tengáis unas felices fiestas rodeados de todos los vuestros.