Descubre la magia del vidrio soplado en Mallorca
Arena de sílice, carbonato de sodio- un tipo de sal blanca y traslúcida- piedra caliza y unos 1500 º C de temperatura. ¿Verdad que parece fácil? Así es como se consigue esa mezcla naranja y dorada, que podría confundirse con un caramelo ardiendo, y que constituye la base del vidrio, fundida. El estado idóneo para manejarlo a placer, eso sí, con muchas precauciones, y crear todo tipo de formas, sencillas o caprichosas… soplando.
En el siglo II a C ya existía en Mallorca la tradición del vidrio soplado y actualmente hay dos fábricas, las más conocidas, que mantienen sus hornos y crisoles encendidos desde hace más de tres siglos para mantener viva la magia que se esconde en cada una de sus piezas.
La tradición del vidrio soplado, trabajo de artistas y artesanos
Los hornos arden a casi dos mil grados. Los maestros vidrieros trabajan protegidos del calor y de las posibles quemaduras. La sílice, la sal blanca y la piedra caliza se han transformado, por efecto del fuego, en líquido, maleable y casi se diría que pegajoso. Y empieza el proceso del vidrio soplado, bufat, como se dice en Mallorca.
Con el extremo de una caña hierro, el maestro toma cierta cantidad de ese material fundido y lo extrae del crisol, denominado posta. En seguida sopla con la caña para crear una pequeña burbuja, a la vez que la hace girar en ambos sentidos. Parece tan fácil, tan divertido, que se podría pensar que un niño sabría hacerlo. Pero no. Esto es arte, y hay que tratarlo y trabajarlo con extrema delicadeza.
Poco a poco el soplador va utilizando diferentes herramientas para dar forma al vidrio. A veces sopla, a veces gira, a veces utiliza unas tenazas para afianzar la forma deseada. Cuando la base de la pieza está lista hay que cortar la unión entre maestro y vidrio fundido: con un puntil se desprende la pieza, que poco a poco irá tomando forma con ayuda de unas tenazas. Sólo hay que tratar de adivinar cuál será el resultado: ¿un vaso? ¿una elegante copa? ¿un animalillo? ¿el brazo de una suntuosa lámpara?
Colores en el fuego para cada pieza de vidrio soplado
Todos los materiales que se utilizan son de origen mineral. Y los colores también. Después de siglos de aprendizaje, la naturaleza se ha convertido en la mejor colaboradora para la paleta de colores que utilizan estos artistas.
El óxido de hierro da lugar al color verde, el azufre, al amarillo, el cobalto y el óxido de cobre, a diferentes tonos de azul, desde el marino profundo hasta el turquesa. El manganeso da como resultado el violeta y el cobre sin oxidar, origina un precioso color rubí.
Las fábricas de hierro soplado en Mallorca
Para ser testigos de la magia se pueden visitar dos fábricas mallorquinas.
Una de ellas es la fábrica Gordiola, situada en el término municipal de Algaida y que es la cuarta empresa más antigua de España que se dedica al arte del vidrio soplado. Realizan todo tipo de productos exclusivos, tanto de decoración como de servicio de mesa.
La otra es Lafiore, a medio camino de Valldemossa, muy cerca de una pequeña localidad llamada S’Esgleieta -La iglesita, en mallorquín-. El estilo es marcadamente mediterráneo, pero con la clara intención de abrirse paso en los estilos más innovadores de la decoración.