Disfruta de las fiestas locales como un auténtico mallorquín
Si pensabas que la fiesta en Mallorca está sólo en las discotecas de los núcleos turísticos… permítenos que te saquemos de tu error. Las verbenas mallorquinas son los encuentros por excelencia de las noches de verano, y con un calendario bien estructurado, se puede disfrutar de cualquiera de las fiestas locales, como un auténtico mallorquín.
Moros y cristianos por toda la isla
Es inevitable que una isla, que estuvo ocupada por los musulmanes durante muchos siglos, y posteriormente conquistada por los cristianos, emule en sus festividades locales este trozo de historia.
A principios de mayo tiene lugar, en Sóller, el famoso Firó, una gran fiesta en la que participa todo el pueblo y que conmemora el triunfo de los sollerics sobre los piratas sarracenos que trataban de hacerse con el pueblo.
Los visitantes tendrán que dejarse tiznar las caras, y celebrar las victorias cristianas tras cada uno de los asaltos.
En Pollensa, la fiesta grande es el 2 de agosto, y los motivos de esta, muy similares. En la madrugada del día de la patrona, la Mare de Déu dels Àngels, los vecinos se congregan para la Albarada, la música que marca, en el alba, el inicio de las celebraciones. Quede como advertencia que es un encuentro muy solemne y que manda guardar silencio.
En septiembre, en Santa Ponça, no se rememora un ataque morisco, sino el desembarco del Rei En Jaume, quien conquistaría la isla y echaría a los musulmanes.
Aquí hay que permanecer atento a los desfiles y a las batallas, y la fiesta, por la noche, permite disfrutar del pinar de la playa grande, pero sólo los representantes cristianos pueden acampar y pernoctar aquí.
Fiestas religiosas que acaban con mucha marcha
A finales del mes de junio tiene lugar la festividad de San Pedro y San Pablo, patrones de los pescadores. Los pueblos costeros mallorquines se visten de gala para celebrar a sus patrones con la solemnidad y seriedad que se requiere, pero al caer la tarde, las verbenas inundan las plazas y los castillos de fuegos artificiales iluminan la noche mallorquina.
Son los casos de la Colonia de Sant Pere, del Puerto de Andratx, de Alcudia, y de barriadas palmesanas como la de Santa Catalina o Sant Pere.
Para disfrutarlas plenamente hay que encontrar un buen medio de transporte, y un mejor aparcamiento, y dejarse llevar por la magia y la alegría del inicio del verano.
Las fiestas de San Bartolomé se celebran en prácticamente la mitad de la isla. Tienen lugar el 24 de agosto y duran hasta principios de septiembre. Valldemossa, Sóller, Cala Rajada, Capdepera… son algunos de los municipios que celebran a su patrón.
Destaca especialmente la localidad de Montuïri, donde el día grande los Cossiers bailan para el pueblo en lo que antiguamente era un rito ancestral que celebraba la victoria del bien sobre el mal, y que se ha conservado como parte del patrimonio cultural de Mallorca.
Como en otras fiestas de la isla, el baile de los Cossiers es muy apreciado y debe ser observado en silencio.
Los Cossiers ejecutan su danza en otros municipios, para otras festividades, como la de Sant Antoni en Manacor, o Sant Roc en Alaró.