Las mejores excursiones en bicicleta por Mallorca
Decía J.F Kennedy que “nada es comparable al sencillo placer de dar un paseo en bicicleta”, y si ese paseo tiene como escenario las carreteras y los caminos de Mallorca el encanto se multiplica, y mucho.
Los meses de marzo, abril y mayo, así como octubre y noviembre, son los preferidos por los ciclistas para recorrer la isla sobre dos ruedas. El calor no aprieta, el tiempo es más tolerante y los días de sol están casi garantizados.
Si este es vuestro deporte, os presentamos las mejores excursiones para recorrer la isla en bicicleta, en familia o con amigos.
La carretera de la Tramontana: desde Pollença hasta Andratx
110 kilómetros enlazan Pollença con Andratx en una ruta que recorre la costa oeste de la isla, pasando por el norte y llegando hasta el sur. Se trata de una de las carreteras más espectaculares de Mallorca y domina la sierra, allá donde la montaña y el mar se encuentran.
También es una de las excursiones más exigentes y requiere cierta preparación física. Asciende a más de 2.500 metros y atraviesa el Puig Major, el más alto de la isla, pasa por Can Costa, Es Grau o el Coll de Sa Gramola, en un camino serpenteante que finaliza al llegar a Andratx.
En el recorrido los excursionistas pueden parar en el valle de Sóller, Valldemossa, Estellencs y otros pueblos de montaña llenos de encanto. Y al llegar al destino, te aconsejamos avanzar un poco más y visitar el hotel Mon Port, para descansar y tomar un buen almuerzo tras una agotadora pero provechosa jornada.
Sobre dos ruedas por el Pla de Mallorca
La zona llana y sin montañas del interior de Mallorca recibe el nombre del Pla. Aquí las excursiones son un poco más sencillas y se puede llegar, en bicicleta, has pueblos tan pintorescos como Bunyola o Santa María, Consell u Orient, donde la pendiente vuelve a ser un poco más pronunciada.
Selva, Caimari y Lloseta se acercan más a la zona montañosa, pero si llegáis hasta alguna de estas localidades descubriréis paisajes y rincones maravillosos, además de callejas adoquinadas, arquitectura tradicional mallorquina, una gastronomía espectacular y muchos lugares que visitar. Tantos que tal vez haya que repetir esta excursión.
Rumbo a una de las calas mallorquinas más famosas: la Calobra
Dependiendo de la experiencia y nivel de entrenamiento será aconsejable partir de un punto u otro para llegar a la Calobra en bicicleta.
Los ciclistas más experimentados pueden partir de Pollença o de Palma, pero para aquellos que no tienen tanto rodaje, lo ideal es que el punto de partida sea el monasterio de Lluc.
Durante el camino, la sinuosa carretera pasa cerca del Puig Major, donde, con mucha suerte, se podrá avistar algún buitre negro, atraviesa el Coll dels Reis y se encamina hacia el llamado “nudo de corbata”.
En este punto y como su nombre indica, la carretera hace un giro completo sobre sí misma antes de acabar, en curvas cerradas y vistas espectaculares, en la pequeña playa de la Calobra.
Entre dos acantilados de más de 200 metros de altura está el premio de los cicloturistas: una hermosa y pequeña cala casi virgen, de cantos rodados y que cada año se convierte en el escenario de un magnífico concierto, el del Torrente de Pareis, que marca el inicio del verano.
Aquí también desemboca la famosa excursión del torrente, pero de ella os hablaremos en otras entradas.